María Virtudes Méndez Herasme. MA. Docente Escuela de Enfermerìa de la UASD
sANTO DOMINGO. DN.- Como ya se ha establecido en el imaginario común de toda la sociedad la celebración organizada del día mundial/internacional/europeo de las y los enfermeras y enfermeros, como es sabido nos encontramos en el calendario que el día 12 de mayo es el día internacional de la enfermera en conmemoración del nacimiento de quien se configura como madre de la enfermería moderna, Florence Nightingale.
No seré yo quien critique esta conmemoración. Ni quien ponga en tela de juicio la oportunidad de su celebración. Y mucho menos reste valor el hecho de hacerlo en recuerdo de tan importante figura. Pero intentemos ir más allá de la pura señalización en el calendario mundial de tal celebración.
Celebrar sin reflexionar el qué, el por qué y el para qué, más allá del acto festivo y de las actividades programadas, no deja de ser una inercia más en costumbres impuestas y aceptadas, como la de los días mundiales.
Celebrar el día de la enfermera/os debe convertirse en un momento trascendente de análisis y debate. Una ocasión de afrontar realidades. Una oportunidad de ordenar ideas. Una circunstancia propicia para presentar alternativas serias, serenas y meditadas. Un día en el que manifestar posicionamientos firmes, enérgicos y contundentes al tiempo, razonados, claros y con dimensión social.
Celebrar de manera compartida con la comunidad. Favoreciendo su participación activa en la toma de decisiones, sin que ello nos tenga que hacer temer pérdida alguna. Todo lo contrario, tan solo desde el empoderamiento de la población lograremos el liderazgo que de las enfermeras/os se espera y desea.
Celebrar con alegría, pero con el rigor necesario para identificar las necesidades reales de las/os ciudadanas/os sanas/os y enfermas/os y los grupos de personas que viven en comunidades vulnerables.
Celebrar resaltando nuestras posibilidades, aportaciones, beneficios, servicios, ofertas, pero sin que nos cieguen e impidan la visión de la realidad a la que nos enfrentamos.
Celebrar de cara a la sociedad y no de cara a una pared. Celebrar siendo exigentes en nuestros planteamientos, pero sin convertirlos en violencia
Que no quede todo en un discurso bien construido, en palabras con buena intención, en oratoria vacía, en planteamientos endogámicos, en elogios y alabanzas gratuitas de autocomplacencia y, mucho menos, en llantos lastimeros, agravios comparativos o victimismos demagógicos, trasnochados y sin fundamento.
Celebrar, en definitiva, la oportunidad anual que se nos brinda a las enfermeras/os en el calendario mundial para trasladar nuestra apuesta por el compromiso, la solidaridad, la cercanía, la empatía, la escucha activa, el cuidado integra de las personas, familias y comunidad.
El próximo día 12 de mayo que a ustedes como a mí se nos ha dado la oportunidad de poner voz a la celebración del día de la enfermera/os, seamos capaces de trasladar una visión realista, crítica, cercana, participativa y generosa de lo que las enfermeras/os estamos en disposición de ofertar como respuesta a lo que se nos demanda y no a lo que nosotros interpretamos o creemos.
Las enfermeras/os ya sabemos, o debemos saber, lo que somos. Hagamos un esfuerzo para compartirlo con la sociedad, con el orgullo de saberse capaces de hacerlo. Nuestra aportación debe favorecer una sociedad más justa, solidaria, participativa, responsable y autónoma, desde los cuidados enfermeros/as
Animo a todas las enfermeras/os a celebrar de esta manera nuestro día, para dignificarlo, hacerlo útil y darle sentido.
A mí que me han dado la oportunidad de celebrarlo trataré de hacerlo, pero reflexionando y preguntándome ¿He desarrollado el rol según he sido formada/o? y vuelvo a preguntándome ¿Me he solidarizado con los grupos mas vulnerables de las comunidades? o Solo lo he hecho cuando hay crisis, Brotes, pandemias, endemias u otra enfermedad emergente que es cuando la mayoría de instituciones recuerdan a la enfermera/o?
Felicitémonos Enfermeras/os, porque somos la columna vertebral de todas las instituciones de salud. Gracias a todas las personas, familias y comunidades por poder contar con enfermeras/os que trabajamos por vocación, con amor, Humanización, apegados/as a los principios ético.
Dios nos bendiga y nos de la fortaleza necesaria para seguir compartiendo con los demás miembros del equipo de salud y la sociedad el rol heterogéneo en el cual hemos sido formados/as.
Punto & Coma 