
Wagner Méndez/Economista agrícola
Londres, Reino Unido.- Recientemente en la República Dominicana se produjo el hecho histórico de la exportación de uvas a los Estados Unidos por primera vez. Bueno, se exportó uvas a cualquier país por primera vez y no fue a Haití ni a ninguna isla del Caribe. Fue nada más y nada menos que al icónico Estados Unidos.
Este hecho me sorprende. Como especialista en mercadeo para la región del Caribe para el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), hace ya más de quince años, siempre tenía que escribir sobre el potencial del mercado para productos de los Estados Unidos en el país. Recuerdo que en uno de los reportes que hice hablaba sobre la uva.
Además del potencial del mercado, también hablaba sobre la posible competencia de los productos locales. En este caso, cuando mencionaba la uva, decía a los exportadores de los Estados Unidos en los reportes que no tenían que preocuparse porque la producción local era insignificante. Sin embargo, ahora, como decía nuestro querido Johnny Ventura, podemos decir que “el que venga atrás que arree”.
Esto es algo histórico para el sector agropecuario dominicano. Y sorprendentemente la exportación no se hizo de la capital de la uva, Neiba. Se hizo de producción en Guayubín, Montecristi, una zona que posiblemente casi nadie se imaginaba que se produciría uvas. Una excepción a esta predicción pudiera ser el Ing. Luis Bonilla. Como fruticultor y amante a este cultivo, él siempre ha tenido una visión sobre la uva y su producción más allá que cualquier otra persona en el país.
Parecido al título de mi último libro, esto me puede dejar “Dos lágrimas y una sonrisa”. ¿Y por qué? Porque soy neibero. El ver la exportación me alegra, pero también me deja el dolor de que nuestros productores de Neiba debieron haberse llevado ese honor. Sin embargo, este hito para la República Dominicana no debe empañarse porque se haya hecho de un lugar no previsto. Esto significa que posiblemente haya potencial de producción de uvas en todo el país
Tuve el honor de apoyar con entrenamiento gerencial a los productores de uvas de Neiba. También les hice un plan de mercadeo para impulsar su desarrollo. Pero ni yo tampoco, privando en experto en asuntos de mercadeo y dizque también en emprendimiento, se me ocurrió tener una visión para aprovechar el mercado internacional y mucho menos el de los Estados Unidos. Los análisis indicaban que no era factible, por el bajo volumen de producción y la calidad obtenida debido a la variedad.
Ahora bien, ¿cómo se produce este hito para la República Dominicana? Esto ocurre por la visión y el gran corazón emprendedor e innovador de Arismendy Almonte, de la Línea Noroeste en asociación con la empresa internacional de investigación y desarrollo en uvas Bloom Fresh. Para que este hito se produjera, debió haber confianza mutua entre ambas partes.
Y al igual que Arismendy, no voy a dejar pasar la oportunidad para resaltar también el gran enfoque emprendedor de los agricultores de la zona, que antes se habían unido para la creación de la empresa exportadora Grupo Banamiel, y aunque por ahora no tengan nada que ver con uvas, sino con bananos, han inyectado ese mismo espíritu emprendedor a otros productores en la zona.
¿Y qué ha pasado con Neiba? Neiba en sí no se ha quedado rezagada. El ingeniero Julio Vásquez (Júmer) ha sido un gran emprendedor allá. Él fue el primero en introducir al país variedades de uvas diferentes a las criollas con calidad de exportación. Pero, lamentablemente, parece que su producción no era lo suficiente para pensar en el mercado internacional, sino para tomar una pequeña participación del mercado local. También hay que resaltar que el Instituto Nacional de la Uva estuvo apoyando todo ese proceso desde el inicio, según me informó un experto del INUVA, lo que significa que estuvo jugando su rol, al no solo enfocarse en Neiba, sino en el desarrollo de la viticultura a nivel nacional, como se espera.
Ese hecho confirma que el país tiene gran potencial de producción de uvas en diversas zonas. Además de Neiba y Guayubín (¿o decimos Guayubín y Neiba ahora?), también en Azua, San Juan de la Maguana y Baní se está produciendo uvas con calidad de exportación.
Celebremos el hito de la primera exportación de uvas desde la República dominicana. Apreciemos el corazón emprendedor de nuestros agricultores. Mi expectativa es que de ahora en adelante muchos otros seguirán los pasos en la producción y exportación de uvas en el país en sus diferentes regiones. Los principales productores en el futuro no necesariamente serán los que están comenzando. Estos han abierto el camino, pero muchos se animarán y cosecharán los frutos. Un ejemplo de esto es el caso de Ambioris Rossis, de El Pinar de Ocoa. Ambioris es uno de los líderes en la producción de invernaderos en el país. Sin embargo, él no fue de los innovadores o adoptadores tempranos, como dicen, sino que esperó a ver lo que pasaría con los primeros. Pero cuando él se decidió, se convirtió en uno de los líderes. Celebremos este éxito para el país y mantengamos la mirada puesta en el desarrollo de este subsector productivo. Fuente: Listín Diario
