Wagner Méndez

Santo Domingo. República Dominicana.– Las palabras de personas a nuestro alrededor pueden tener un gran poder constructivo o un gran poder destructivo. Esto se relaciona bastante con la escritura del libro de Santiago en el Capítulo 3, cuando habla del poder de la lengua y lo difícil que es controlarla.
Lamentablemente, muchas personas usan su poder para hacer daño a otras, y al mismo tiempo a sí mismas, en vez de usar todo su poder para construir. Es lo que yo he visto a mi alrededor, exceptuando personas con buenas convicciones cristianas que normalmente se están enfocando en cómo ayudar a otras.
Expresiones de afirmación positiva pueden causar un impacto en la persona más allá de lo que piensas. Ellas pueden ayudar a que personas puedan llegar a niveles, posiblemente, nunca imaginados cuando las reciben. Dichas afirmaciones pueden cambiar en alguien su visión del futuro y todo lo que se puede lograr. Y, un día después de su gran hazaña olímpica en París 2024, no puedo dejar de mencionar aquí todo el impulso que ha recibido Marileidys Paulino, además de sus talentos, para llegar a donde ha llegado. Sin embargo, lo contrario también se da. Palabras o expresiones negativas pudieran destruirte y no permitirte llegar a niveles soñados o a niveles que realmente hubiese podido llegar sin ni siquiera proponértelo.
Indudablemente, tenemos el poder en nuestras manos, o mejor dicho en nuestra boca o lengua, para ayudar a otros a escalar grandes montañas con nuestras palabras o expresiones de afirmación positiva. Quienes las reciben tienen la capacidad para aprovechar esas afirmaciones positivas para crecer y también la misma capacidad para bloquear las negativas. Pensemos en el ejemplo de Albert Eistein y la expresión de afirmación positiva de su mamá cuando le dijo que, por su gran capacidad, ella lo iba a educar en la casa, a pesar de lo negativo recibido de la escuela sobre sus deficiencias. Pero si nos descuidamos, nos pudiéramos dejar destruir por las segundas. Muchas veces las segundas no tienen un fundamento fuerte y se pueden vencer. No soy un experto en sicología, pero sí puedo hablar por mi propia experiencia.
Yo me siento súper afortunado de tener, desde mi niñez, personas que me han impulsado con expresiones de afirmación positivas que han elevado el potencial inicial que Dios me dio. Esa ha sido la norma en mi vida diaria, en mi vida académica y en mi vida profesional. Sin embargo, no han faltado los momentos en los que me he sentido bombardeado por expresiones negativas que, si me descuido, me destruyen. También agradezco a Dios que me ha equipado para manejar esas circunstancias y siempre salir fortalecido, inclusive cuando he pasado por el más oscuro de los valles de la presión de afirmaciones negativas.
Se ha escrito bastante sobre la afirmación positiva, especialmente por profesionales de la sicología. Más que hacer una revisión de literatura sobre el tema, quiero simplemente escribir sobre mi experiencia y cómo este proceso me ha fortalecido. Comparto mi experiencia con el mismo objetivo que he decidido escribir cada uno de mis libros. A veces me llega la idea y lo primero que creo es que lo que voy a escribir no va a ayudar a nadie. Sin embargo, al escribir me doy cuenta del impacto, por la retroalimentación que recibo. Puedo mencionar comentarios de cada uno de mis libros. Pero me limito a referirme a algunos sobre Estrategias y tácticas para la excelencia académica. Aunque no me ha producido una fortuna, siento que los comentarios recibidos de personas que decidieron leerlo y ponerlo en práctica valen más que eso. También aprecio el comentario recibido de la ministra de educación, en ese tiempo de su publicación, Alejandrina Germán, cuando me dijo que lo había leído y cuánto le había gustado. Muchos funcionarios reciben donaciones de libros y no tienen el tiempo de leerlos todos. Para mí, su comentario fue un gran halago.
Afirmaciones positivas desde mi niñez
Recuerdo también las afirmaciones positivas que recibí en mi casa, teniendo menos de seis años, cuando yo estaba pintando. Me decían que yo iba a ser un gran pintor. Y si no hubiese sido por esas afirmaciones, hoy yo no fuera el pintor que soy. Je je je. Mentira. ¿Saben qué tipo de pintor soy? Un pintor posiblemente similar a la profesora que dibujó una vaca y al final tuvo que explicar a los alumnos lo que era porque nadie adivinó. Pero realmente recibí una gran afirmación. Pero, similar al papá de David Ortiz, el Big Papi, que llegó al salón de la fama como beisbolista a través de su hijo, yo he llegado a ser ese gran pintor a través de mis hijas, las cuales sí lo son.
Luego mis buenas afirmaciones continuaron desde primer curso de primaria con mi adorada profesora Delta, la cual también me trataba como un hijo, aunque no me quiso pasar de curso porque no había cumplido los siete años. Me habían inscrito en primero luego de comenzar el año escolar para que vaya aprendiendo. De ahí en adelante, recibí afirmaciones positivas en todo mi proceso de entrenamiento académico. Eso me dio la energía de activación para ir más allá de lo esperado. Eso también me dio la base para seguir la misma tendencia en el ambiente laboral. Mis éxitos académicos los he extrapolado al ambiente laboral. Además, he complementado mi enfoque profesional principal con muchísimas otras actividades que considero le dan brillo a mi carrera y me ayudan a estar más relajado, yendo la milla extra en la sociedad para hacer mis contribuciones.
Pero, ¡cuidado! Las afirmaciones positivas y los logros pueden llevarte a un lugar peligroso si te descuidas. Pueden llevarte a un lugar de arrogancia. Me refiero a ustedes. A mí no. Je je je… Si les cuento todo se asustan. Mi nivel de arrogancia, con el cual todavía lucho para seguir venciendo, era tal que daba miedo y podía alejar a las mejores personas de mi lado. A veces nos olvidamos de toda la ayuda que recibimos y de que cuando nos olvidamos de ser humildes destruimos todo lo que hemos logrado por todas las afirmaciones positivas u otras ayudas de muchas personas a nuestro alrededor. Es por eso que en mi mismo libro sobre excelencia académica digo que lo he escrito entre un paréntesis. El primer capítulo abre el paréntesis con el enfoque en ser agradecido. El último lo cierra mencionando que se debe dejar que la humildad corone la excelencia. Lamentablemente, esto no es lo que vemos hoy en día. Vemos demasiadas personas excelentes en términos académicos y profesionales que consideran que sus ideas son irrebatibles. Y hay que entender que a personas con convicciones fuertes y personas sobresalientes en términos académicos y profesionales hay que tenerles muy buenos argumentos para hacerles cambiar de opinión cuando tienen una buena idea, pero la persona que está en esa posición debe saber que a otros también, por insignificantes que parezcan, les pueden surgir ideas maravillosas que pudieran ayudarnos a ir mucho más alto de lo que imaginamos. A veces creemos que las buenas ideas van a venir de otras personas que consideramos que están a un nivel superior al nuestro. Y a veces también esas personas que lucen insignificantes pueden estar muy por encima de nosotros por su gran corazón y su humildad. Nos encontramos con ese tipo de personas logrando grandes metas en el futuro que nos quedamos con la boca abierta. A ese punto vemos que lo han logrado solo por su humildad y su gran corazón. Dios no se olvida de ese tipo de personas, aunque sean despreciadas por la sociedad.
A pesar de las afirmaciones positivas, las negativas no han estado ausentes en mi vida. Ellas se han presentado en varias ocasiones, normalmente viniendo de personas que no pueden sobresalir por sus propios méritos, tanto en el ambiente académico como en el laboral, y que consideran que destruyendo al otro los llevará a la cima. Tremendo error.
Estas personas no entienden que buscando sobresalir por sus propios méritos y utilizando sus fortalezas podrán cosechar mayores éxitos. También se puede utilizar cualquier situación difícil para transformarla en éxito en vez de sumirse en la depresión o buscar culpar al otro alrededor de las situaciones por las que se está pasando. Tal como menciono en mi libro rompiendo barreras, las situaciones difíciles y los obstáculos en la vida son un trampolín a la inmortalidad.
También menciono en ese capítulo que si no me creen que le pregunten a ´Félix Sánchez para que vean todo el éxito cosechado como corredor, por existir las carreras con obstáculos en atletismo. También agrego aquí que le pregunten a nuestra hermana en Cristo Sydney McLaughlin, quien estableció un nuevo récord mundial en 400 metros con obstáculos en las recientes olimpíadas de París.
¿Y qué haces cuando buscas dar lo mejor de ti y hacer tus contribuciones para la sociedad y para el ambiente donde estás laborando o en donde interactúas en sentido general y lo que recibes son expresiones negativas o aislamiento porque no se apoya el enfoque de la manada, la cual, según mi experiencia en el ambiente académico y en el ambiente laboral, nunca he visto que tiene la razón? Aquí no temo en causar controversia y enfrentar a la mayoría. La he causado antes y la seguiré causando en búsqueda de contribuir con los demás y motivar a la excelencia, aunque en el momento no se aprecie. Sé perfectamente que de esa manada que lee esto saldrán personas que quieren marcar la diferencia y la harán y apreciarán esto que planteo. Esto también lo he vivido y me ha dado gran satisfacción.
También aclaro que el poco de humildad que tengas debe ser lo suficiente para no creerte que siempre tienes la razón. Debes darle cabida a la duda cuando el enfoque es contribuir al bienestar de los demás. Es posible que la forma de actuar o el enfoque que tengas no sea el mejor. Es posible que nadando contra la corriente estés equivocado en algún momento. Debes ser lo suficientemente humilde para reconocerlo. Y debes buscar los consejos de personas sabias a tu alrededor. Es bueno rodearte de personas sabias y usar sus sabios consejos.
Confianza en Dios
La experiencia sobre las afirmaciones positivas y el éxito cosechado deben ser una base firme para poder enfrentar las situaciones adversas que se presenten cuando recibas expresiones negativas en un momento determinado de tu vida.
Esas expresiones negativas definitivamente afectan, te deprimen y te hacen sentir muy inseguro en la interacción con los demás en cualquier ambiente. Esa base sólida y tu enfoque positivo siempre te ayudarán. Y si tú confianza está puesta en tú Dios, él nunca te abandonará. Buscas que lo que hagas sea para agradarlo a él y servir con todo lo que él te ha dado. Esta es una de mis oraciones desde un tiempo para acá.
Pido a Dios que derrame todas sus bendiciones, pero que las mismas sean para servir a los demás y no para servirme a mí mismo. Cuando nos enfocamos en servir a los demás, cosecharemos frutos más allá de lo esperado. Nuestro Dios no nos abandona aunque a veces tengamos que pasar por el más oscuro de los valles. Lo he vivido y he visto su poder trabajar en mí. Él siempre está cerca para ayudar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido las esperanzas, como dice su palabra en el libro de los Salmos.
