
Cuando hablamos del secuestro de la democracia, inmediatamente pensamos en lo que está haciendo el
gobierno y los partidos políticos. Nos trasladamos mentalmente a lo que ellos están haciendo o no haciendo, que nos afecta. Normalmente no pensamos en cómo yo estoy o no estoy contribuyendo. Pero no necesariamente el problema del secuestro de la democracia está a esos niveles. Entiendo que sí, que existe en el país un secuestro de la democracia, pero el problema es más profundo y más fuerte. Similar a lo que pasa con los problemas sociales y que dependen de las bases familiares y lo que se hace en los hogares con la crianza de los hijos.
El problema que se ve en los gobiernos y los partidos y cómo se ha secuestrado la democracia radica en las diversas organizaciones de base, las organizaciones deportivas, las organizaciones empresariales y las organizaciones de productores al nivel más simple. Lo que se ve arriba es un reflejo de lo que está pasando a niveles inferiores.
Normalmente cuando escribo y tengo participaciones públicas trato de ser positivo en mis planteamientos. El positivismo o enfoque en las cosas buenas en vez de resaltar los problemas que nos aquejan lo he instituido como uno de mis valores personales y empresariales en mi firma consultora Wagner Management Group, S.R.L. Sin embargo, lo que he visto últimamente en mis participaciones en diversas organizaciones (deportivas, empresariales, comerciales y de producción) me han conllevado a escribir este artículo.
La situación es difícil y tenemos que hacer algo para revertirla. En la mayoría de las organizaciones de base, independientemente de su naturaleza, lamentablemente se tiene la democracia secuestrada. Ese secuestro limita el logro de objetivos globales a expensa del logro de objetivos particulares. Y lamentablemente cuando escalamos a estamentos superiores para buscar que se corrijan situaciones nos encontramos con situaciones similares. ¿Y a quién recurrimos? ¿A la justicia, al Gobierno, a quién? O, bueno, al Chapulín Colorado.
Tomando como ejemplo las organizaciones deportivas en la República Dominicana, he estado ligado a varias (judo, tennis de mesa, natación), lo que se ve es escalofriante. Se busca secuestrar la democracia para los dirigentes permanecer en sus puestos para toda la vida. Se piensa que los demás no pueden hacer un trabajo igual o mejor. O considero también que más que eso son los beneficios personales, de diversas índoles, que se están obteniendo. ¿Y qué se hace? ¿Hay un seguimiento a lo que se está haciendo? Posiblemente no. Es posible que lo que se presente a los niveles más altos luzca como que todo se está haciendo a la perfección siguiendo todos los procedimientos democráticos establecidos en los estatutos (si existen y se conocen). Pero ya todo lo que se va a decidir en una asamblea está “amarrado” de antemano. Señores, eso no es democracia.
Y después nos quejamos de por qué no se logran los resultados que tanto ansiamos. Estos manejos
antidemocráticos tienen un efecto directo en el uso de los recursos. Alguien debe poner atención muy de cerca a esto.
¿Y qué de las organizaciones empresariales, comerciales y de productores? ¿Son realmente democráticas? ¿Se da libre participación? Lamentablemente no. Las cosas también se manejan al antojo de un grupo que limita los resultados, crean desinterés de sus asociados y limitan el desarrollo económico global. Cuando investigamos sobre los estatutos; y repito, si existen, o no reflejan lo que debe ser o son desconocidos por la mayoría de los asociados. No se puede exigir mucho porque no se conoce el propósito de la organización. Y si se exige, a veces se causa un revuelo.
Ah!, ¿y qué de los gremios de choferes? Bueno, eso da pena. Creo que a estos gremios llega el colmo del
secuestro.
Como consultor empresarial y para el fortalecimiento institucional, he tenido el honor de participar en el apoyo de algunas organizaciones de productores, especialmente en el sector agropecuario.
Afortunadamente, me he encontrado con organizaciones que responden al apoyo que se les ofrece. Pero otras se resisten por temor a lo que pueda pasar si hay una apertura democrática. A veces hay una resistencia, inclusive, a contratar una persona como gerente por el temor de algunos directivos a perder parte del control. Quieren estar inmiscuidos en los mínimos detalles del manejo de la organización.
¿Qué podemos hacer? Muchas veces no hacemos las contribuciones que sabemos que debemos hacer por no hacer un esfuerzo más allá de nuestra zona de “confort”. Tememos a cómo algunos nos van a mirar. Tememos a ser excluidos del pequeño círculo. ¿Y entonces, quién va a contribuir a los cambios? Por favor, aportemos nuestro grano de arena para que estas cosas cambien y tengamos una mejor sociedad y mejores organizaciones e instituciones. Y que cuando lleguemos a estamentos superiores podamos continuar haciendo esas buenas contribuciones. Liberemos la democracia que hoy se tiene secuestrada a todos los niveles.
