LA POSITIVIDAD TÓXICA EN LAS REDES SOCIALES

Instagram, Facebook, Twitter… La llegada de las redes sociales en su momento significó un avance en la evolución para todo el mundo. Fue impresionante cómo la realidad de muchas personas cambió de la noche a la mañana. Ahora podemos conectarnos con usuarios de todo el mundo en cuestión de segundos, ver la vida de figuras públicas a diario y estar al tanto de los últimos chismes y noticias del momento.

Sin embargo, al igual que todas las cosas buenas, las redes sociales han traído consigo una forma falsa de presentarse ante el mundo para muchas personas.

¿Has visto a alguien publicando realmente sus desgracias en las historias de Instagram?

Nos encontramos en un mundo conectado donde todos mostramos una vida perfecta al público, con ropa impecable, rostros sin arrugas, parejas perfectas… Todo lo que vemos a diario es pura perfección, pero se nos olvida que literalmente nada de eso que estamos viendo es completamente cierto.

Recibimos un bombardeo constante de cientos de usuarios que pretenden vivir una vida que en realidad no tienen, y se centran más en «parecer» que en «ser». Debido a esto, cada vez hay más personas con baja autoestima, depresión y ansiedad. Hemos normalizado subir una foto con un filtro hasta el punto de creer que esa es nuestra apariencia real. Hemos creado una realidad alternativa que no es real.

Lo peor de todo esto es que una vez que observas todas estas vidas impecables, empiezas a compararte y a desear tener o mejorar la tuya. No está mal querer ser la mejor versión de uno mismo, pero es importante analizar las intenciones detrás de ello.

Tu vida es importante, tu vida es única, y ninguna vida es realmente perfecta. Debemos empezar a ver las redes sociales por lo que son: realidades alternativas en las que ya no debemos creer más.

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